Nuevo escándalo en Italia. Este lunes, en el marco de actuación de la trama relacionada con los amaños de partidos en el Calcio, se han procedido a realizar hasta 19 detenciones, entre las que se encuentran Stefano Mauri. Además, se están investigando a decenas de personas, como Domenico Criscito, internacional italiano. Y, aunque suene a broma, esto puede dar alas a la 'azzurra'.
Casualidad o no, la selección italiana ha realizado sus mejores campeonatos siempre que se han visto envueltos en cualquier tipo de escándalos relacionados con la compra de encuentros. Cuatro veces campeona del mundo y una de Europa, el combinado transalpino ha logrado tres de estos cinco títulos cuando su país se ha visto inmerso en una trama de amaños. ¿Esta situación convierte a Italia en favorita para la Euro?
Todo comenzó en 1934. Con Benito Mussolini en el poder, Italia logró la candidatura del Mundial por la misteriosa retirada de Suecia por convertirse en sede. El segundo paso fue 'nacionalizar' -algo prohibido, por aquel entonces- a cuatro argentinos (Monti, Guaita, Demaria y Orsi) y a un brasileño (Guarisi). Italia alcanzó la final con un gol en fuera de juego y con decisiones arbitrales más que polémicas.
Y en el gran partido, y cuando nadie lo podía esperar, Italia remontó en sólo cinco minutos la ventaja que tenía Checoslovaquia para llevarse su primer título. La sombra de la compra de partidos fue alargada, e incluso se aseguró que los jugadores checos recibieron amenazas de muerte en caso de que su combinado lograse la victoria final. Los tentáculos de Mussolini fueron muy largos en el Mundial de Italia.
Rossi su inhabilitación por las apuestas ilegales
Tras lograr también el Mundial de 1938 y la Eurocopa de 1968, el campeonato del mundo de 1982 volvió a estar marcado por los amaños de partidos en el Calcio. Esta vez, la situación marcó de lleno a una de las grandes estrellas del combinado 'azzurro', Paolo Rossi, el gran goleador del equipo y que, en 1980, fue sancionado con tres años de inhabilitación por participar en quinielas clandestinas.
Sin embargo, a pocos meses para la disputa del Mundial, la Federación Italiana iba a levantar la sanción al jugador, permitiéndole ir al campeonato. No sólo sería fundamental para su equipo, sino que guiaría a la escuadra 'azzurra' a la consecución del título gracias a su olfato de gol que, con seis goles, le convirtió en el máximo anotador del campeonato disputado en España.
El último gran título logrado por la selección italiana tuvo lugar en 2006, al conseguir el Mundial de Alemania. Por aquel entonces, la sombra de los amaños de partidos volvió a hacer acto de presencia, pero esta vez convirtiéndose en la mayor trama de compra de partidos de la historia del fútbol. El mayor caso de corrupción en el Calcio se denominó 'Moggigate'.
Alemania, un nuevo 'alivio' para un país 'tocado'
Luciano Moggi, el que fuera director general de la Juventus, fue uno de los cerebros de una gran red de compra de partidos que, durante 2005 y 2006, desvirtuó por completo la competición italiana y que acabó con el descenso de categoría de la 'Vecchia Signora', la Lazio y la Fiorentina. De manera increíble o no, a pesar de los problemas desatados en Italia, el combinado transalpino se volvió a llevar el título.
Ahora, y como si de una historia cíclica se tratase, justo antes de la disputa de un nuevo campeonato vuelven a surgir claras evidencias de amaños de partidos. Criscito, uno de los convocados por Cesare Prandelli para la Euro, se ha quedado fuera de la lista al verse involucrado en la trama, mientras que otros 19 jugadores, entre los que se encuentra Mauri, capitán de la Lazio, han sido detenidos.
Incluso otros como Sergio Pellisier (delantero del Chievo) o Antonio Conte (entrenador de la Juventus) han sufrido registros en sus casas, y están siendo investigados por la autoridades. De nuevo, los amaños salpican frontalmente a Italia. Quién sabe si esto 'provocará', como marca la historia, que Italia se convierta en una de las grandes favoritas para lograr el campeonato que se disputará en Polonia y Ucrania.
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